El pasado Sábado 20 de Mayo será un día que quedará para siempre registrado en mi memoria, aún tengo frescos en mi mente el recuerdo del sabor a café latte, mi favorito, el murmullo de la gente agolpándose en las esquinas para cruzar la quinta avenida rumbo a Times Square, algunas presurosas por la lluvia y otras, como yo y mis acompañantes, tomándose el tiempo para tomar selfies, con la alegría y la excitación de una novia recién arreglada para su boda reflejada en nuestros rostros, previamente maquillados, claro. Es difícil describir esas cosquillas en el estómago, que nos hacen reír de cualquier cosa que alguna de las otras dice o hace, incluso trivialidades que no tienen nada de gracioso, pero el solo hecho de estar en un grupo de amigas, algunas recién conocidas, pero unidas por el mismo acontecimiento: el lanzamiento de nuestro libro FENOMENALES. Cada una de nosotras participó con un capítulo, un pedazo de nuestras vidas de mil a mil doscientas palabras, con espacios incluidos, que quedaría registrado en papel (o digital en el caso de comprarlo en línea en Amazon) para la posteridad. Es tal vez la sensación de que una pequeña parte de nuestras vidas que hasta el momento fue algo que considerábamos íntimo, pero que ahora al caer la tarde se haría público; o saber que muchísima gente ahora nos conocería por nombre y por la foto en la portada, y sabría algo de nosotras que hasta hoy había permanecido inédito. Obviamente no cada persona comprará el libro, no obstante, esperamos que se convierta en Best Seller a las pocas horas del lanzamiento y asi fue, pero en nuestros corazones tendríamos ese sentimiento de fama y de saber que nuestros nombres quedarían marcados en la historia. Es esa combinación de alegría y excitación, con los olores y sabores de la gran manzana, la ciudad de New York, la capital del mundo, que enajenaba nuestras mentes, y nos hacía desear con avidez la hora del evento, como el niño deseoso de sus regalos en la víspera de navidad; aunado al amor fraternal de amigas en espera de un bien común.
Llegó la hora. A través de los ventanales se miraban allá abajo la gente y los automóviles moviéndose suavemente con el ruido de la lluvia al caer. No hubo decepción, el lanzamiento fue hermoso, hubo decoraciones, carteles con nuestras fotos de siete pies de alto, todo arreglado de manera elegante y de buen gusto, y por supuesto la pasarela por la alfombra roja y los medios de comunicación atentos a cada reacción. Cada una de nosotras tuvo un tiempo para agradecer y comentar de nuestros capítulos; degustamos de una mesa de aperitivos y más café. Fuertes fueron los abrazos a la hora de las felicitaciones, con lágrimas en los ojos y uno que otro beso en las mejillas. Definitivamente una tarde que será inolvidable y vivirá por siempre en nuestros corazones. Al igual que la pieza de pastel, estoy segura de que esta tarde es solo una pequeña parte de las muchas que vienen para mí y para mis coautoras, somos mujeres de acción, de movimiento, de lucha por el futuro, que queremos llegar aún más lejos y sabemos que esto es solo el comienzo. El mundo tendrá más noticias nuestras.
